Don’t fuck the Police by Josema Vallejo & Samuel Vázquez

autor:Josema Vallejo & Samuel Vázquez [Vallejo, Josema & Vázquez, Samuel]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 2022-09-27T00:00:00+00:00

La involuntaria confesión de un general

No somos la policía de nadie, no podemos ser la policía de nadie, y en esa tarea tan importante para una democracia, a veces tocará hacer cosas que no nos gusten o con las que no estamos de acuerdo y asumir que nos van a llamar de todo por ello; con toda la razón desde la perspectiva de un ciudadano, harto ya de atropellos.

«Trabajamos en minimizar el clima contrario al gobierno». ¿Recuerdas? Estas fueron las palabras pronunciadas por un general de Estado Mayor de la Guardia Civil, el 19 de abril de 2020, en plena crisis del coronavirus. En concreto, y por ser escrupulosamente fieles, dijo: «Estamos trabajando con nuestros especialistas en dos direcciones. Una es a través de la Jefatura de Información para evitar el estrés social que están produciendo toda una serie de bulos» y «otra de las líneas de trabajo es minimizar ese clima contrario a la gestión de la crisis por parte del gobierno». Aunque casi nadie se acuerda ya de esto, es uno de los hechos más graves de la historia de la democracia. Toda aquella serie de bulos referidos a la pandemia contra los que se supone luchaba el gobierno resultaron no serlo tanto; de facto, el mayor bulo era el propio gobierno. Pero sí quedó de manifiesto que la Administración manipulaba la información que dirige a la sociedad. Todos lo sabemos, aunque algunos traten de seguir creyendo que afirmar tal cosa es pura teoría de la conspiración.

Lo novedoso era que, por primera vez en la historia, un alto mando militar y policial reconocía que esto era así, y que las fuerzas de seguridad se ocupaban de ello. Respondiendo a una pregunta espontánea, sin leer el guion que traía escrito, la frase salió de su boca con total naturalidad. Tan espontánea y convencida que el general ni siquiera al terminar de hablar fue consciente de la barbaridad que había dicho.

Una afirmación de tal calado debería haber hecho saltar por los aires los cimientos de nuestro sistema democrático, pero solo el grupo político Vox y muy pocas figuras destacadas del PP pusieron el grito en el cielo. El resto de partidos solo templó gaitas. La realidad es que todo pasó absolutamente desapercibido para el común de la población, aterrorizada en su casa y sometida a arbitrariedades nunca vistas fuera de una dictadura. Ocupó un par de ediciones de noticiarios, fue pasto de consumo rápido en redes sociales y de más rápido olvido. La mayoría de los miembros de la Guardia Civil, sobre todo del empleo de comandante hacia abajo en el escalafón, no lo han olvidado aún.

Los perfiles de Twitter, grupos de WhatsApp y canales de Telegram compuestos por profesionales de la seguridad ardieron en una ola de indignación sin precedentes. Si la tarea de vigilar y guardar el orden es compleja per se, esto dejaba a las claras que las estrategias no estaban orientadas a proteger a los ciudadanos, sino a estructuras de poder. ¡No estábamos locos! Una asociación

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